¿Qué es un equinoccio y en qué consiste?
Cada seis meses, el equinoccio divide los días en la Tierra casi por la mitad. Aquí se explica cómo sucede y por qué la gente lo ha celebrado desde la antigüedad.
Cada seis meses, una vez en marzo y otra en septiembre, un equinoccio divide el día de la Tierra casi por la mitad, dándonos unas 12 horas de luz y 12 de noche.
El 20 de marzo de 2024, el equinoccio de vernal señalará la llegada de la primavera para el hemisferio norte. Luego, el 22 de septiembre de 2024, la naturaleza nos traerá de nuevo el equinoccio otoñal, el momento del año que da paso al otoño en el Norte. Esas fechas se intercambian por los equinoccios vernales y otoñales en el hemisferio sur.
«La primavera de 2024 en el hemisferio norte comenzará el día 20 de marzo a las 4 horas 6 minutos hora oficial peninsular según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional – Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible). Esta estación durará aproximadamente 92 días y 18 horas, y terminará el 20 de junio con el comienzo del verano.», afirma el Observatorio Astronómico Nacional en su página web.
¿Por qué se producen los equinoccios?
Nuestro planeta orbita normalmente alrededor del sol con una inclinación de 23,5 grados, lo que significa que los hemisferios se intercambian para recibir más calor del sol. Dos veces al año, la órbita de la Tierra y su inclinación axial se combinan para que el sol se sitúe justo por encima del Ecuador de la Tierra, trazando la línea divisoria entre las partes claras y oscuras del planeta (el llamado terminador o zona crepuscular) a través de los polos norte y sur.
El terminador no divide perfectamente el planeta en luz y oscuridad; la atmósfera de la Tierra desvía la luz solar en 60 kilómetros, lo que equivale a medio grado. Eso significa que una mitad del planeta sigue estando un poco más iluminada que la otra, incluso en un equinoccio.
La Tierra no es el único planeta que experimenta equinoccios: todos los planetas de nuestro sistema solar los tienen. En 2009, la sonda Cassini en órbita alrededor de Saturno captó un equinoccio en el planeta famoso por sus anillos. Al igual que en la Tierra, los equinoccios se producen cada medio año en Saturno, pero eso equivale a 15 años en la Tierra, lo que hace que la sesión fotográfica de Cassini sea un acontecimiento único.
Marcando el equinoccio
Las culturas milenarias han seguido los equinoccios de diferentes maneras a lo largo del tiempo. Desde con monumentos, como las pirámides, pasando por grabados en piedra que actuaban como calendarios, hasta iglesias que incorporaban el sol en su arquitectura, las civilizaciones marcaban el paso del sol y las estaciones con gran precisión.
Algunas culturas siguen celebrando el equinoccio en la actualidad, como la tribu Lakota del Medio Oeste de Estados Unidos. Los lakota conectan la tierra con el cielo fabricando tabaco del árbol del sauce rojo, que coincide con la constelación del sauce seco, por donde sale el sol en el equinoccio de primavera. Fuman este tabaco sagrado en una ceremonia que marca el regreso de los días más largos.
Y en las celebraciones del equinoccio de Stonehenge, en Inglaterra, druidas, paganos y todo aquel que quiera unirse se reúnen para presenciar la salida del sol sobre las antiguas piedras.